Fertilización
La fecundación resulta del encuentro de dos células: la célula sexual femenina (óvulo) y la célula sexual masculina (espermatozoide). La unión entre estas dos células va a conducir a la formación del embrión.
Para poder coordinar este encuentro se necesita de un ciclo ovárico o ciclo menstrual por parte de la mujer el cual debe ser normal, dando como resultado una ovulación la cual se realiza hacia el día 14 del ciclo (entiéndase por el primer día de la menstruación igual al primer día del ciclo).
Los estudios de población han demostrado que la fecundidad no es 100% por ciclo, sino solamente el 25%.
Diferentes factores pueden modificar la fertilidad natural, como la edad de la mujer: si la fertilidad femenina es máxima entre 20 a 30 años, podemos decir que por encima de 35 años ella disminuye progresivamente.
En materia de fecundidad es importante saber que las relaciones sexuales deben tener lugar durante el periodo fértil de la mujer.
Una pareja no se debe inquietar por ausencia de embarazo en los doce primeros ciclos de vida en común.
Más allá de este periodo se debe empezar a investigar la causa probable de la falta de concepción.
Recorrido de espermatozoides
Primero, los espermatozoides viajan por un pequeño conducto llamado epidídimo, localizado detrás de cada testículo.
Desde este lugar el esperma progresa por otro tubo de mayor calibre llamado el conducto deferente.
El conducto deferente se extiende desde el epidídimo hasta el conducto eyaculador, el cual recorre una porción de glándula prostática.
Las células espermáticas y secreciones de glándulas vecinas se combinan para formar el semen, el cual entra en la uretra, un tubo que permite el paso tanto de orina como de semen.
Durante la eyaculación, el semen es expulsado a través de la uretra hasta el exterior del cuerpo.
Cualquier condición que adversamente afecte la cantidad, estructura o función de los espermatozoides, puede causar infertilidad.
Por ejemplo, si una insuficiente cantidad de espermatozoides son estructuralmente anormales, ellos pueden no llegar a alcanzar y fecundar el óvulo.
Implantación
El siguiente paso después de la fecundación, es la división celular. En las siguientes 24 horas, el cigoto unicelular se divide a dos, cuatros células y en 48 horas a 8 células y esta división continúa. Toda esto sucede mientras el cigoto se mueve a través de las trompas de Falopio hasta llegar al útero. En más o menos 3 días ya es un racimo de células que tiene la apariencia de una mora, llamado mórula y ya está listo para salir de la trompa de Falopio y llegar al útero.
En cuatro o cinco días después de la concepción o fertilización del óvulo, el embrión en desarrollo- ya cuenta con cerca de 500 células y llega a su destino dentro del útero. En este momento se llama blastocito.
Una vez que el blastocito llega al útero, se pega a la pared hasta que empieza a producir unas enzimas que le ayudarán a digerir el recubrimiento del útero y le permitirán anidarse ahí. Esto generalmente sucede una semana después de la fertilización, o sea, para el día 12 el blastocito ya está firmemente embebido en su nuevo hogar. Se adhiere sólidamente al endometrio en donde se nutrirá de la sangre materna.